Las discotecas de Atalayas fueron escenario de una tragedia el pasado mes de octubre, cuando un incendio resultó en la muerte de 13 personas. La inspectora de la Policía Judicial de Murcia, que actuó como secretaria en el informe sobre el incidente, ha confirmado que las muertes fueron consecuencia directa del incumplimiento del plan de evacuación de los locales.
En su declaración como testigo-perito, la inspectora ratificó las conclusiones del informe policial. Según ella, el fuego se originó en la discoteca Teatre, pero no se avisó a Fonda Milagros, donde se produjeron las muertes. La sala Teatre evacuó a todos sus clientes sin alertar a la discoteca colindante, separada solo por una pared de pladur.
La inspectora expresó su sorpresa de que ambas discotecas tuvieran el mismo plan de evacuación, a pesar de ser locales distintos. El plan establecía que en caso de incendio, debía ser avisado tanto el personal del lugar donde se originase el fuego, como los de los locales colindantes. Este protocolo no se siguió.
Los abogados de las familias de las víctimas han mostrado su sorpresa por la cautela de la jueza instructora al no permitir preguntas sobre cuestiones administrativas, a pesar de que la inspectora participó directamente en la revisión del expediente administrativo remitido por el Ayuntamiento.
Pedro López Graña, uno de los abogados, subrayó la necesidad de aclarar “definitivamente y de forma global” la responsabilidad de cada uno de los actores en este caso. Para ello, es imprescindible investigar “no solo las causas del fuego”, sino también “todos los responsables, de principio a fin” en el fallecimiento de las 13 personas.
El alcalde de Murcia, José Ballesta, aseguró en los días posteriores al incendio que se llegaría hasta las últimas consecuencias “caiga quien caiga y cueste lo que cueste”. Los familiares de las víctimas esperan que se cumplan sus palabras.
